lunes, 7 de enero de 2013

HOMBRES FEMINISTAS: COMPAÑEROS DE VIAJE


            Definía Simone de Beauvoir, pionera de la lucha femenina, el feminismo como <<una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente>>. En definitiva: como una forma de entender, y vivir, el mundo que nos rodea.

            En este sentido, hemos defendido siempre la autonomía de la mujer en la lucha feminista. Es decir, las mujeres debemos asumir que todo lo que hemos conseguido ha sido gracias a nuestra lucha. Que nadie nos ha regalado nada. Que poseemos las capacidades suficientes para liderar nuestro ideario feminista. Lo hemos dicho muchas veces: conciencia. Las mujeres necesitamos ser conscientes de nuestras capacidades individuales, y también colectivas.

            Hemos condenado la demagogia con la que se ha tratado el feminismo desde algunos sectores conservadores, y también masculinos, que lo han llegado a definir como un sinónimo de ‘machismo’. El machismo mata a diario, el feminismo salva vidas. El machismo es una teoría de la discriminación, el feminismo es una apuesta por la igualdad real entre hombres y mujeres.


            En este sentido, nos sentimos muy orgullosas de todos los hombres que nos acompañan en la lucha, que portan el feminismo como una seña de identidad. La lucha por la igualdad es una batalla que nos concierne a todos y todas.

            Sin embargo, no estamos dispuestas a relegar la lucha feminista a un segundo estadio o, en su defecto, a incluirla dentro de una lucha ‘superior’, que lejos de atender nuestras peticiones y reivindicaciones, las sitúa en una posición de subordinación.

            En conclusión, el feminismo, como cualquier lucha que enarbole la igualdad, es una cuestión que nos atañe a todos y todas. Sin exclusión. Pero debemos entender la grandeza de la lucha. Entenderla de forma autónoma, no como parte indisoluble de una lucha mayor. 

Rosa

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